jueves, 13 de noviembre de 2014

Entre noticias de masacres, diálogos de paz, crisis del sistema judicial llega la navidad... qué ironía

En las últimas semanas he visto, leído y oído una serie de noticias y columnas de opinión que han abordan temas como el proceso de paz, paros judiciales, aumento en las cifras de jóvenes infractores capturados, masacres de estudiantes y estrategias de políticos locales y nacionales para garantizar que  su capital político continúe intacto.

Es paradójico ver como en nuestro país y nuestra "folclórica" sociedad quedamos estupefactos y sorprendidos cuando los hechos que nos rodean golpean nuestro raciocinio, hieren nuestros sentidos y pernean nuestras ideas de los que creemos es una realidad normal.  Lo confieso  a mis 37 años, aun me encuentro digiriendo hechos como la aparición de un personaje llamado Pablo Escobar en Colombia y, cómo este personaje, con la codiciosa complacencia de los grupos de élite de la Colombia de las décadas de los 70, 80 y 90 transformó radicalmente el concepto de emprendimiento, innovación y trabajo duro.

A éste personaje y los círculos sociales y políticos que lo veneraban debemos agradecerle haber implantado en las generaciones de estas décadas y las siguientes la penosa idea de ganar por ganar sin importar el costo que esto implica y según mi juicio,  lo peor de todo, se creó una idea colectiva bastante perversa que muchas veces hemos recitado “acá el que tiene plata marranea”, idea que logró corrompernos como sociedad y como ciudadanos, porque a decir verdad a estas alturas del partido en este país nuestros derechos sólo son respetados si tenemos los recursos económicos y políticos (léase palancas) que nos garanticen que podemos hacerlos valer. Y lo peor es que aun así no logramos que esto nos hagan sentir que vivimos en una sociedad justa, sino preguntémosle a Luis Colmenares (para quienes olvidaron este nombre el papá de Andrés) que luego de 4 años y falsos testigos aun continua en búsqueda de la justicia en el caso de su hijo, o tal vez respondamos a esta simple pregunta ¿consideramos que vivimos en un Estado Social de Derecho como lo dicta nuestra manoseada Constitución?

Ahora bien, es importante reconocer que no es sensato culpar a un individuo de los males que nos aquejan como sociedad, Colombia no era un país inmaculado, que luego del flagelo del narcotráfico quedo herido,  maltrecho y al borde del abismo. Colombia ha vivido, desde su inicio como República y como Estado, una inestabilidad social, económica y política, sino miremos un poco de nuestra historia que desde 1.781 con la revolución comunera hasta nuestros días en pleno siglo XXI (233 años) aun seguimos viviendo en conflicto; en esos 233 años nuestro país vio como sus clases políticas construían más de 15 Cartas Magnas hasta 1986, y aun así luego de haber consolidado la Constitución que mayor duración ha tenido esta nación con 105 años de vigencia según el mismo Banco de la República "esta continuidad y estabilidad no indican que Colombia haya vivido rigidez constitucional, pues la constitución de 1886 pasó por sesenta reformas".

Lo mejor de todo es que luego que los padres de la patria se dedicaran construir y deconstruir nuestra carta de navegación y todo lo que ello implica (derechos y deberes del ciudadano y de la nación estado, su sistema de justicia, su concepción de igualdad, el rol del estado en una sociedad, su estructura y su deber por buscar una sociedad prospera, pacífica e igualitaria) en pleno siglo 2014 continuamos con los mismos problemas estructurales, seguimos siendo un país injusto, in equitativo, excluyente, poco educado, manejado por las mismas élites políticas que hace 233 años nos han gobernado, y que lastimosamente nosotros mismos hemos elegido para que nos gobiernen, sino simplemente miremos quienes son los herederos de las clases políticas de esa Colombia de hace dos siglos.

Hoy en pleno siglo XXI estamos inmersos en discusiones bizantinas y radicales, este país políticamente de nuevo esta radicalizado y hábilmente dividido entre aquellos que quieren la guerra y aquellos que quieren la paz. Por otra parte nuestros "Honorables Parlamentarios", que poco o nada tienen de honorables, están discutiendo una reforma que garantizara el equilibrio de poderes; y vaya paradoja en 23 años de existencia de la Constitución Política de Colombia, la más moderna del mundo como solían presentarla en su entonces los líderes de la séptima papeleta, ésta ya ha sufrido 29 reformas y lo mejor de todo es que nuestros problemas en temas como salud, educación, justicia, igualdad y equidad siguen siendo los mismos de hace 50 años.

Creo que en realidad algo estamos haciendo mal como sociedad, y me duele reconocer que la impotencia en la que nos encontramos ante un Estado corrupto e indolente, nos está llevando a bajar los brazos, a dar la lucha por perdida, y decidir que este país es un conjunto de paisajes con selvas, páramos, mares (lo que nos queda) y gente muy bonita, pero que sólo brinda garantías a los asesinos, corruptos y ladrones que nos gobiernan, nos rodean y nos asfixian, haciendo que las leyes cada día sean modificadas a su beneficio y acomodo.

Lastimosamente nuestro sentir se refuerza y los colombianos que pueden huyen de su país (según ponderados 5’420.123 compatriotas viven en el Exterior, de este total la cuarta parte salió del país desde el año 2000) ya que sienten que vivir en una sociedad que no brinda garantías a sus ciudadanos, estar en un país que no redistribuye sus riquezas, y donde es evidente que existen castas que se dan el lujo de dividir esta sociedad entre ciudadanos de primera, segunda, tercera, cuarta categoría y los usuarios del SISBEN, es una país donde no vale la pena ver crecer a un niño.

Todo esto nos llena de desolación y alimenta nuestra desesperanza; duele reconocer esta realidad. Hemos vivido durante años, quinquenios, décadas y siglos en una sociedad donde lo único que realmente importa es lo que dulcemente nos entonaron Silva y Villalba en su canción Oropel, y en aquella canción que recitábamos como loros mojados en el colegio llamada Pueblito Viejo; duele reconocer nuestra indiferencia, nuestra apatía y nuestra pasividad ante esta realidad ¿será que seguiremos por el mismo rumbo?, ¿seguiremos confirmando que en este país estamos destinados a seguir entregando el poder de tomar decisiones a aquellas familias, castas y grupos que nos han gobernado, y gobernado mal?, ¿será que aparecerá ese mesías que nos liberara de la responsabilidad de actores de nuestro propio futuro y nos dirá cuáles son nuestros problemas y cómo solucionarlos?, Por el momento solo me queda cantar:

Amigo cuánto tienes... cuánto vales
principio de la actual filosofía,
amigo... no arriesgues la partida
tomemos este trago, brindemos por la vida,
brindemos por la vida…
pues todo es oropel”.


Enlaces de referencia:
  • http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/poli/poli57.htm
  • http://www.infobae.com/2014/11/13/1608646-el-hijo-del-capo-pablo-escobar-presenta-su-biografia-mi-padre-era-un-terrorista-y-asesino
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Escobar
  • http://www.las2orillas.co/por-que-irse-de-colombia-i/
  • http://colombianewyork.com/Colombianos_en_el_Mundo.html
  • http://www.las2orillas.co/el-hijo-de-pablo-escobar-va-ser-presidente-de-colombia-revelaciones-de-periodista-vivio-con-los-escobar-henao/

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